Cuadro de muralla que protege la comunicación entre una fortaleza y un punto concreto que no está lejos de dicha fortificación. Estructura de madera colocada de manera salediza en muros, cubos o torreones concebida para la defensa vertical.
Muros de contención y torres
Hay muchos géneros de almena cuya función común es la de proteger al defensor del alcance del agresor. Lo más común es que se utilice para resguardar el acceso al sitio de suministro de agua cuando éste está fuera del recinto fortificado. A veces los huecos contaban con parapetos de madera abatibles, presentando las almenas ranguas para su basculamiento. Frecuenta finalizar la coracha en una torre del agua que protege en su interior caixa dagua taça el pozo o la fuente de abastecimiento. El foso dificultaba el ingreso a los contrincantes y, si era preciso, podía ser llenado de agua para llevar a cabo aún mucho más difícil el asedio. Estos puentes solían estar construidos sobre un foso o un foso artificial, caixa dagua taçA lo que agregaba una capa agregada de protección. La superficie exterior del tejado se encontraba cuidada por tejas, baldosas, pizarras, paja o láminas de plomo.
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Además, varios castillos contaban con sistemas de canalización y almacenaje de agua que les dejaban soportar asedios extendidos. La combinación de ingenio arquitectónico y entendimientos hidráulicos en el Castillo de Alamut no solo era vital para la supervivencia de sus pobladores, sino que asimismo demostraba la importancia de la planificación y la innovación en la construcción de castillos medievales. Si bien no se trata de fortificaciones en el riguroso sentido de la palabra, los puentes fortificados tienen especificaciones suficientes para ser considerados en el apartado particular en las creaciones con carácter defensivo. Es obvia por consiguiente su fortificación, si bien no han llegado hasta nuestros días varios íntegros en tanto que en tiempos mucho más recientes se procedió a la sistemática destrucción de los elementos protectores por la dificultad que presentaban al tránsito de automóviles. Los acueductos en Conwy transportaban agua desde manantiales próximos hasta el interior del castillo, garantizando un suministro incesante para los pobladores y las ocupaciones diarias. Además, los canales subterráneos servían como sendas de escape secretas en caso de asedio, demostrando la utilidad de la ingeniería hidráulica en la defensa de las fortalezas medievales. En definitiva, los castillos con puentes levadizos representan una fascinante muestra de la arquitectura defensiva medieval.
Obra de madera o argamasa que cubre los huecos entre vigas para formar un piso. Resalto de mortero o yeso que cubre las llagas de las piedras en las proyectos de mampostería, sillarejo e inclusive tapia y sillería. Los remates se nombran albardillas si son piramidales con vierteaguas a dos o cuatro aguas. Entre las innovaciones mucho más destacadas en este ámbito era la utilización de norias y molinos de agua, que dejaban a los pobladores de los castillos aprovechar la energía hidráulica para diversas tareas. La aptitud de almacenar enormes proporciones de agua dentro de sus muros garantizaba el abastecimiento de agua potable para los pobladores durante los asedios, en el momento en que recortar el suministro de agua era una táctica común usada por los sitiadores para debilitar a los defensores. Los castillos medievales no solo eran imponentes construcciones protectoras, sino asimismo eran verdaderas maravillas de la ingeniería hidráulica. En ocasiones se adorna con incrustaciones de pequeñas piedras o escorias. Sin embargo hay esgrafiados que son únicamente ornamentales y que ni siquiera cubren las llagas llegando a imitar el llagueado de sillares. El procedimiento más común era cavar una zanja más ancha que la anchura del muro y rellenarla con escombros de piedra apisonada. En su forma es idéntica a la bombarda, si bien en un tamaño mucho mucho más achicado.
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Las murallas que rodeaban el castillo propiamente dicho representaban un excelente desafío para los atacantes. Armazón provisional de madera que sujeta los materiales de un arco o bóveda a lo largo de su construcción y hasta su cuajado, caso de usarse argamasa. Si los cimientos no eran de roca, debían estar especialmente listos para aguantar el espectacular peso. Algunos eran lo suficientemente gruesos para contener pasillos o murales. Muros destacables del tejado, en general hastiales, que interrumpen la continuidad de la cubierta formando compartimentos estancos, impidiendo o cuando menos dificultando en caso de incendio la propagación del siniestro. El espesor de los muros variaba, pero la media parece ser de unos 2,5 metros. También se podían clavar pilotes de roble en el suelo para llevarlo a cabo mucho más permanente. La mayoría de los muros estaban formados por 2 capas de piedras labradas que cubrían un núcleo de escombros y mortero.
Castillos rodeados de agua